sábado, 27 de octubre de 2007
El Sitio De Alesia
Alesia estaba situada en la cima de una colina rodeada por valles y ríos y contaba con importantes defensas. Dado que un asalto frontal sobre la fortaleza sería suicida, César consideró mejor forzar un sitio de la fortaleza para rendir a sus enemigos por hambre. Considerando que había cerca de 80.000 hombres fortificados dentro de Alesia junto con la población civil, el hambre y la sed forzarían rápidamente la rendición de los galos. Se construyeron muros de 18 km de largo y 4 metros de alto con fortificaciones espaciadas regularmente en un tiempo récord de 3 semanas. Esta línea fue seguida hacia el interior por dos diques de cuatro metros y medio de ancho y cerca de medio metro de profundidad. El más cercano a la fortificación se llenó de agua procedente de los ríos cercanos. Asimismo, se crearon concienzudos campos de trampas y hoyos frente a las empalizadas con el fin de que su alcance fuese todavía más difícil, más una serie de torres equipadas con artillería y espaciadas regularmente a lo largo de la fortificación.
La caballería de Vercingetórix a menudo contraatacaba los trabajos romanos para evitar verse completamente encerrados. Tras dos semanas de trabajo parte de la caballería gala pudo escapar de la ciudad por una de las secciones no finalizadas. César, previendo la llegada de tropas de refuerzo, mandó construir una segunda línea defensiva exterior protegiendo sus tropas. El nuevo perímetro era de 21 km, incluyendo cuatro campamentos de caballería. Esta serie de fortificaciones les protegería cuando las tropas de liberación galas llegasen: ahora eran sitiadores preparándose para ser sitiados.
A finales de septiembre las tropas galas, dirigidas por Commio, acudieron en refuerzo de los fortificados en Alesia, y atacaron las murallas exteriores de César. Vercingetórix ordenó un ataque simultáneo desde dentro. Sin embargo, ninguno de estos intentos tuvo éxito y a la puesta del sol la lucha había acabado. Al día siguiente, el ataque galo fue bajo la cobertura de la oscuridad de la noche, y lograron un mayor éxito que el día anterior. César se vio obligado a abandonar algunas secciones de sus líneas fortificadas. Sólo la rápida respuesta de la caballería, dirigida por Marco Antonio y Cayo Trebonio, salvó la situación. La pared interna también fue atacada, pero la presencia de trincheras, que los hombres de Vercingetórix tenían que llenar para avanzar, les retrasaron lo suficiente como para evitar la sorpresa. Para entonces, la situación del ejército romano también era difícil. La comida comenzó a racionarse y los hombres estaban casi exhaustos.
El día siguiente, el 2 de octubre, Vercasivellauno, un primo de Vercingetórix, lanzó un ataque masivo con 60.000 hombres, enfocado al punto débil de las fortificaciones romanas, que César había tratado de ocultar hasta entonces pero que había sido descubierto por los galos. El área en cuestión era una zona con obstrucciones naturales en la que no se podía construir una muralla continua. El ataque se produjo combinando las fuerzas del exterior con las de la ciudad: Vercingetórix atacó desde todos los ángulos las fortificaciones interiores. César confió en la disciplina y valor de sus hombres, y ordenó mantener las líneas. Él personalmente recorrió el perímetro animando a sus legionarios.
La caballería de Labieno fue enviada a aguantar la defensa del área en donde se había localizado la brecha de las fortificaciones. César, con la presión incrementándose cada vez más, se vio obligado a contraatacar la ofensiva interna, y logró hacer retroceder a los hombres de Vercingetórix. Sin embargo, para entonces la sección defendida por Labieno se encontraba a punto de ceder. César tomó una medida desesperada, tomando 13 cohortes de caballería (unos 6.000 hombres) para atacar el ejército de reserva enemigo (unos 60.000) por la retaguardia. La acción sorprendió tanto a atacantes como a defensores.
Viendo a su líder afrontar tan tremendo riesgo, los hombres de Labieno redoblaron sus esfuerzos. En las filas galas pronto empezó a cundir el pánico, y trataron de retirarse. Sin embargo, como solía ocurrir en la antigüedad, un ejército en retirada desorganizada es una presa fácil para la persecución de los vencedores, y los galos fueron masacrados. César anotó en sus Comentarios que sólo el hecho de que sus hombres estaban completamente exhaustos salvó a los galos de la completa aniquilación.
En Alesia, Vercingetórix fue testigo de la derrota del ejército exterior. Enfrentándose tanto al hambre como a la moral, se vio obligado a rendirse sin una última batalla. Al día siguiente, el líder galo presentó orgullosamente sus armas a Julio César, poniendo fin al asedio de Alesia.
El Sitio De Alesia consagró a Julio César como uno de los genios militares más grandes de todos los tiempos. Un líder carismático, querido por su pueblo y temido por sus enemigos.
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wey esta bien interesante lo del sitio de Alesia, aunque algo que poca gente menciona es como Vercingetorix deja salir a las mujeres, niños y ancianos pero Julio Cesar no los deja pasar y mueren de hambruna en la "tierra de nadie" entre la empalisada Romana y las fortificaciones de los Galos.
ResponderBorrarQue triste que haya sido asi como Vercingetorix jefe de los Arverni se rindio depositando su espada al pie del Cesar, un genio militar que fue despojado de su gloria y honor al ser llevado en cadenas a Roma para desfilar por la vistoria en las galias solo para ser ejecutado seis años despues.
PD: que escuela era por cierto?
El que Vercingetorix "dejase salir" de la sitiada Alesia a mujeres, niños y ancianos, o sea, a los que no podían combatir, fue una despiadada táctica por parte del galo, pues sus tropas dejaron sin provisiones a la población civil de Alesia: hubo hasta una revuelta debido a la hambruna y el "bueno" de Vercingetorix expulsó a los mencionados para que fuesen masacrados por los romanos, cosa que no hicieron, pues ya esta maniobra se había intentado dias antes lanzando primero a tropas no combatientes, y escaparon parte de la caballería gala. Ante estos hechos, los romanos advirtieron a los galos que no se permitiría que fuese utilizada la población civil para escudar a los combatientes galos.
ResponderBorrarOye muy interesante tu Blog.
ResponderBorrarMe gustarìa saber Dónde conseguiste esas imagenes de Hannibal,Arminivs,Vercingetorix etc.. de antemano gracias.
?
ResponderBorrarJork, perdona la tardanza de mi respuesta. Esas imágenes las saqué del videojuego llamado Imperivm III: Las Grandes Batallas de Roma.
ResponderBorrarEn México lo he visto generalmente en Sanborns, es un juego de una empresa española y muy bueno por cierto, te lo recomiendo.
He vale muchas gracias si me di cuenta que eran del juego Imperivm y me he interesado bastante por el trataré de conseguirlo a la brevedad.
ResponderBorrarSaludos.