Hoy recordé unos momentos muy buenos de mi infancia. Verán, antes, cuando era yo un niño, antes de iniciar un partido de béisbol, ambos equipos nos formabamos en la línea y a todo pulmón gritábamos el juramento:
"Creo en Dios,
Amo a mi patria,
Respetaré sus leyes,
Jugaré limpio,
Me esforzaré para ganar,
Pero gane o pierda,
Siempre haré mi mejor esfuerzo."
Amo a mi patria,
Respetaré sus leyes,
Jugaré limpio,
Me esforzaré para ganar,
Pero gane o pierda,
Siempre haré mi mejor esfuerzo."
Desgraciadamente, y por razones que desconozco, cuando uno llega a la categoría 13-14 años, ya no se dice el juramento en los partidos, y hoy, después de cinco años, lo volvimos a decir antes del partido. Antes lo repetíamos como maquinitas, solo lo decíamos y ya. Pero hoy que lo volví a decir, por primera vez comprendí el significado de todo lo que dice el juramento y me hizo sentir tan bien que a pesar del cansancio y el sueño que tenía disfruté muchísimo del partido.
Vaya que es grandioso cuando algo de lo que no habías probado hacía bastante tiempo llegue de improviso y lo degustes con tanto cariño y alegría; que lo cates de forma especial y que por fn comprendas lo que tiempo ha un alguien nos lo quizo dejar ver bajo el estandarte del "Fenómeno de la Obra de Arte Famosa" y, más aún, llegando hasta el punto (suponiendo que es verdad lo que dices) de comprometerte a decir que un "algo" te lleva a un "más allá" fungiendo, el primero, como símbolo agradable que te permite ver a lo que se oculta en la sombra.
ResponderBorrarUna felicidad a partir de lo que hubo sido indiferente por mucho tiempo, una felicidad que se sostiene por sobre las simplezas de la vida y que te ayuda a rasgar un poco más de lo que sustenta a todo lo que existe en lo natural y en lo sobrenatural, algo más allá...