En algún post anterior hablé sobre el Gladius Hispaniensis, la mortífera espada corta de los legionarios Romanos que mató a mas hombres que todas las armas juntas de la Edad Media.
Ahora, en este post, hablaré sobre otra magnífica pieza del armamento de los legionarios Romanos: el Pilum.
El Pilum puede ser facilmente confundido con una lanza o javalina cualquiera ya que tiene una forma similar y se usa de la misma manera, pero no, el Pilum, es mucho, mucho más que eso, es una obra maestra de la ingeniería de la época.
Había dos tipos de pila (singular= pilum, plural= pila), el ligero y el pesado. El ligero tenía más alcance pero menos poder de impacto, mientras el pesado hacía un daño mortal. Lo que hace realmente magnífica esta arma es su funcionamiento.
El pilum es un arma que tiene una varilla de metal con una punta triangular para gran perforación, tiene un cuerpo de madera y lo que lo hace realmente especial es el remache que une ambas partes. Que hacía este remache?... maravillas. El pilum estaba diseñado para que al momento de hacer impacto, el remache se doblara y se rompiera, dejando la varilla de metal clavada en lo que por lo general eran escudos enemigos que se protegían de la lluvia de pila, dejando sus escudos inservibles. Y lo mejor de todo, la mayoría de los pila se podían reparar tras la batalla!
Así es como funcionaba:
Imaginemos este escenario. Estamos en tiempos de César, en su campaña en las Galias. Las formidables legiones van marchando y se topan con un ejército galo. Una vez formados ambos ejércitos, los galos se lanzan en desordenada estampida hacia los legionarios. Éstos, con una disciplina de hierro, avanzan despacio hacia el enemigo, parejos, en una sola línea que parece trazada con regla y donde nadie se adelanta. A unos 50 metros del enemigo, los legionarios comienzan a correr hacia el enemigo pero siguen manteniendo la línea en una carrera practicada cientos de veces para que nadie se adelante. Cuando están a 20 metros de la masa de galos que viene hacia ellos, los legionarios levantan su pilum ligero y lo lanzan hacia los enemigos; de pronto, una lluvia de pila ligeros cae sobre el ejército galo que inútilmente trata de cubrirse con sus escudos, causando así que se detenga el ímpetu de su carrera, dejando todos sus escudos inservibles y causando algunas bajas. Pero antes de que puedan darse cuenta de lo que está pasando, los legionarios a la distancia de 10 o 15 metros ya están lanzando ahora el pilum pesado. Los galos, ahora indefensos, caen muertos por decenas bajo el mortal impacto del pila pesado. Como si no fuera ya suficiente toda la confusión en las líneas galas, solo unos segundos después de ambas lluvias de pila, les llega una carga de legionarios que han desenvainado el mortal Gladius Hispaniensis y comienza el combate cuerpo a cuerpo donde los galos no tienen oportunidad alguna.
El ejercito galo, muy superior en número al Romano, es destrozado por completo mientras las legiones sufren bajas mínimas, y una vez más. "Roma invicta est"
Ahora, en este post, hablaré sobre otra magnífica pieza del armamento de los legionarios Romanos: el Pilum.
El Pilum puede ser facilmente confundido con una lanza o javalina cualquiera ya que tiene una forma similar y se usa de la misma manera, pero no, el Pilum, es mucho, mucho más que eso, es una obra maestra de la ingeniería de la época.
Había dos tipos de pila (singular= pilum, plural= pila), el ligero y el pesado. El ligero tenía más alcance pero menos poder de impacto, mientras el pesado hacía un daño mortal. Lo que hace realmente magnífica esta arma es su funcionamiento.
El pilum es un arma que tiene una varilla de metal con una punta triangular para gran perforación, tiene un cuerpo de madera y lo que lo hace realmente especial es el remache que une ambas partes. Que hacía este remache?... maravillas. El pilum estaba diseñado para que al momento de hacer impacto, el remache se doblara y se rompiera, dejando la varilla de metal clavada en lo que por lo general eran escudos enemigos que se protegían de la lluvia de pila, dejando sus escudos inservibles. Y lo mejor de todo, la mayoría de los pila se podían reparar tras la batalla!
Así es como funcionaba:
Imaginemos este escenario. Estamos en tiempos de César, en su campaña en las Galias. Las formidables legiones van marchando y se topan con un ejército galo. Una vez formados ambos ejércitos, los galos se lanzan en desordenada estampida hacia los legionarios. Éstos, con una disciplina de hierro, avanzan despacio hacia el enemigo, parejos, en una sola línea que parece trazada con regla y donde nadie se adelanta. A unos 50 metros del enemigo, los legionarios comienzan a correr hacia el enemigo pero siguen manteniendo la línea en una carrera practicada cientos de veces para que nadie se adelante. Cuando están a 20 metros de la masa de galos que viene hacia ellos, los legionarios levantan su pilum ligero y lo lanzan hacia los enemigos; de pronto, una lluvia de pila ligeros cae sobre el ejército galo que inútilmente trata de cubrirse con sus escudos, causando así que se detenga el ímpetu de su carrera, dejando todos sus escudos inservibles y causando algunas bajas. Pero antes de que puedan darse cuenta de lo que está pasando, los legionarios a la distancia de 10 o 15 metros ya están lanzando ahora el pilum pesado. Los galos, ahora indefensos, caen muertos por decenas bajo el mortal impacto del pila pesado. Como si no fuera ya suficiente toda la confusión en las líneas galas, solo unos segundos después de ambas lluvias de pila, les llega una carga de legionarios que han desenvainado el mortal Gladius Hispaniensis y comienza el combate cuerpo a cuerpo donde los galos no tienen oportunidad alguna.
El ejercito galo, muy superior en número al Romano, es destrozado por completo mientras las legiones sufren bajas mínimas, y una vez más. "Roma invicta est"